Eran las 8 de la tarde
y por fin había terminado su jornada laboral.
Su único deseo toda la
tarde, había sido pensar en Ella, y llegar a casa para dedicarle
todo su tiempo como siempre.
Se conocían desde hace
tiempo y comenzaron una relación bastante especial.
Llego a su casa después
de media hora de viaje, le aviso que ya estaba y que enseguida
hablarían.
Se duchó y se preparó
para su cita de todas las noches.
Todo empezó como
siempre. Le comentó su día, los problemas que le habían surgido en
el trabajo, rieron con tonterías, como siempre.
Cuando le comentó que
la día siguiente tenía una reunión importante, en cuestión de
segundos sintió que su cuerpo se revolucionaba.
Ella le dió la orden
de llevar las bolas chinas puestas durante la reunión y eso le
provocó un cosquilleo en el estómago, que no le era desconocido.
Ya habían hablando de
eso, pero no había surgido la oportunidad de llevarlo a cabo.
Toda emocionada,le
comentó a Ella la sensación que había experimentado al recibir esa
orden y Ella le preguntó:
-”¿Te excitó
recibirla?”
A lo que respondió que
obviamente había sentido algo. No era una excitación física, sino
mas bien mental.
El solo hecho de pensar
que durante el tiempo de la futura reunión, iba a estar haciendo
algo que a Ella le satisfacía mucho, hacía que sintiera que estaba
haciendo su deber.Complacerla.
En su relación, se
llevaban acabo varias órdenes, que aunque no le gustaran demasiado,
tampoco le costaba cumplirlas y sabía que a Ella le satisfacía que
la obedeciese.
Cuando se fue a dormir,
preparó en su lavabo las bolas chinas para que no se le olvidaran a
la mañana siguiente. Solía levantarse bastante dormida y existía
esa posibilidad.
También eligieron la
ropa que llevaría a la reunión mostrándole varias opciones para que
Ella eligiese.
Le costó dormir, pues
miles de cosas empezaron a pasar por su cabeza.Aparte del deseo de
tocarse y compartirlo con Ella, que cada día era mas asiduo.
Cuando despertó, fue
al baño y se las puso, con Ella la cabeza, como siempre.Al igual que
cuando se vistió como Ella deseaba.
Salió de casa notando
el cordón de extracción de las bolas y sintiendo como se agitaban
dentro de su cuerpo.
Lamentó pasar la mayor
parte de la mañana sentada, hablando y hablando sobre objetivos,
técnicas de ventas y beneficios anuales.
Una letanía de números
que se le hizo mas leve,cuando se miraba las piernas y su sexo, y le
sentía dentro de si misma.
La sentía como si Sus
manos estuvieran agitándolas, para recordarle que esa cavidad de
placer, también le pertenecía a Ella.
Su mente estaba en un
sitio y su inteligencia en otro completamente distinto.
Durante todo el día se
sintió controlada, sometida, propiedad de alguien.
Y eso hasta cierto
punto le satisfacía. No estaba acostumbrada a pensar mas que en si
misma, a concentrarse cuando estaba trabajando o a relajarse cuando
estaba sola.
El hecho de tener a
alguien cuidándola, vigilándola; alguien a quien llamar Señora o
mi Dueña, había días que se le hacía pesado, pues sentía que le
estaban alejando de su pareja y de su independencia.
Pero luego,pequeños
hechos como ese, de llevar unas bolas como si fuera Ella quien estaba
dentro de su placer,le hacía sentirse completa y plena.
Avisó a Ella que iba
camino de casa.Le habían autorizado a quitarse las bolsas después de
la reunión pero estaba cómoda con ellas y no necesito liberarse.
Al sentarse en el
coche, noto como se salían un poco y ahí ya empezó a notarlas de
verdad.
Al llegar a casa, no se
las quitó hasta la orden de Ella de que podía hacerlo. Y llegado el
momento, vio que físicamente le habían excitado más de lo que se
hubiera imaginado.
Estaban empapadas de su
flujo y ni siquiera se había dado cuenta.
Ahí sintió verdadera
satisfacción del deber cumplido. Sabía que a Ella, que su perrita
estuviera siempre preparada, le complacía hasta niveles
incalculables.
Y su día siguió con
una experiencia mas vivida, sabiéndose que le pertenecía y
complaciéndola siempre que estuviera en su mano.
nyx de Lady Foc
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