Arrodillada entre los dos, sentía como la cadena que habían enganchado a la argolla de su collar,le aportaba una calma y una plenitud sin igual.
Era su primera vez compartida, y en parte tenia miedo,en parte satisfacción y orgullo por estar en ese lugar.
Llevaba días preguntándose si estaría a la altura de lo que se esperaba de ella. A fin de cuentas,era bastante inexperta, aunque diera impresión de lo contrario.
-Levántate perrita y subete a la cama boca abajo.
Solo asentando con su cabeza,se irguió y caminó hacia ella. Una vez allí,ataron sus manos y sus pies con unas correas de cuero a los barrotes que presidían cada esquina de la cama.
Las tiras de un flogger, comenzaron a acariciar su espalda a la vez que notaba como pequeñas gotas de cera, iban haciendo un cuadro sobre ella.
Con las piernas abiertas, le colocaron dos parches, uno en cada parte interior de los muslos. Suaves descargas de electricidad, contraían involuntariamente sus músculos, haciendo que poco a poco su sexo se fuera humedeciendo con la excitación.
A latigazos, las gotas de cera fueron saltando de su piel, enrojeciéndola cada vez un poquito más. Las descargas iban siendo mas intensas y placenteras y junto con el Hitachi que acaban de atar pegado a su clítoris, el éxtasis iba en aumento.
-Ponte a cuatro patas perra.
Con el margen que las cadenas de las correas le dejaban, subió el culo y se apoyo sobre las rodillas y los codos, dejando la cabeza agachada.
Su Ama impregnó todo su zona anal con lubricante, y acaricio su sexo con Sus dedos, comprobando que el nivel de excitación era el adecuado y que iba en aumento. Con cuidado y poco a poco, introdujo un plug anal de metal en su ano, asegurándose que quedaba bien adentro y colocado.
El comenzó a azotarle sus nalgas con una fusta, mientras Ella ponía unas pinzas con una cadena bastante larga en sus pezones.
-¡Cuenta perra! no te dejes ni uno.
Uno...dos.... tres....cuatro...cinco..... y mientras el Hitachi y las descargas seguían haciendo de las suyas en su coño. En el treinta perdió la cuenta.
El dolor en su culo crecía pero a la vez el deseo de entregarse y por el cual debía aguantar cuanto mas mejor, le daban fuerzas para no emitir ni un solo quejido. Estoicamente se resistía a parar a nada. Era mas fuerte el placer de darlo todo que el dolor en si. Con el tiempo había aprendido a soportar todo el posible que su cuerpo admitiese.
Su Ama se colocó delante de ella, con las piernas abiertas, dejando Su sexo a la vista,dispuesto para recibir su lengua. Realmente Ella era irresistible. Desprendía sensualidad y poder por cada poro de su piel, sin ni siquiera articular una sola palabra.
De pronto, una embestida de El en su coño, hizo que cayera con su lengua en el sexo de Ella, provocando que,inevitablemente, la orden de lamer quedara implícita en el ambiente..
Cada embestida la empujaba mas hacia Su interior, donde su lengua se movía a un ritmo frenético, mientras Ella y El gemían de placer.
La habitación se llenó de lujuria, lascivia, deseo, deseo de servir, entrega y gemidos de todo tipo. Por un rato, el tiempo se paró y el mundo desapareció de su mente.
Sentir era lo único que le salía vivir en ese momento. Dominada por entero, excitándose con el placer de Ella y El, dedicando todo su ser a proporcionar para lo que estaba destinada: placer y entrega.
Su Ama, cada vez mas excitada, la tomó por la barbilla y la miro fijamente a los ojos.
-Córrete puta.
Y mientras Ella le miraba y disfrutaba de su orgasmo tirando de la cadena de las pinzas, derramó todo su manjar dorado sobre su cara.
Y sin un solo ademán, volvió a darlo todo. Gimió, gritó, lloró, se convulsionó. Y después de romperse de placer y dolor, cayó desvanecida sobre Su sexo, mientras Ella y El disfrutaban de Su orgasmo conjunto.
Disfrutaban de la perra.
nyx de Lady Foc