Caminaba
a ciegas;escuchaba el aire rozar sus hombros,el sonido del río
acariciaba sus oídos y los pájaros guiaban sus pasos con su
piar.
Tropezó y cayo al suelo. Con los tobillos unidos por una cuerda de yute y las manos a la espalda esposadas,era difícil caminar por aquel agreste camino. Y con la venda en los ojos,solo le quedaba la opción de escuchar la naturaleza y coger esa mano que la llevaba camino del paraíso....o del infierno.
No sabia que era lo que le esperaba ni el plan que había preparado para ella,pero confiaba y eso era suficiente.
De repente sintió una brisa fresca que se unía a sus mejilla y los sonidos eran mas abiertos. Debian haber llegado a un descampado o a algún lugar abierto del bosque. Sus piernas flaqueaban por ese paseo tan en desacorde a sus costumbres pero la idea de esa aventura la había llevado a tomar la decisión de aceptar la propuesta.
-Pasaremos un fantástico día de campo,mi pequeña- o eso entendió ella la tarde anterior cuando quedaron a tomar un cafe.
-Arrodillate.
-Si Amo.
Ahí, expuesta a la salvaje naturaleza y a su sorprendente imaginación, se sentía liviana y feliz,despojada de preocupaciones y problemas del día a día .
-Desabrochate la camisa. Quiero usar tu piel como a una diana.
Poco a poco y con las manos temblorosas,saco cada botón de su ojal y dejo su espalda a la merced de su verdugo particular.
Sin apenas darle tiempo a prepararse,un fuerte latigazo recorrió de punta a punta su columna,emitiendo un grito lleno de dolor y desesperación.
Sin haberse repuesto aun del primero,varios restallidos mas sacudieron cada célula de su pequeño cuerpo,haciendo que tambaleara su equilibrio y se inclinase hacia su derecha,pero con rapidez logro volver a la posición para continuar ese inusual castigo.
Su mano la ayudo a levantarse con cuidado y la acerco a uno de los árboles,donde la hizo colocarse de espaldas al tronco y amarrandole las manos alrededor de el,le ordeno que subiera la barbilla y se quedara quieta.
Un pequeño calentamiento con un flogger de vastas cuerdas,conciencio a sus pechos de lo que le iba a esperar después.
Caían turgente y colorados como su pelo,deseosos de ese látigo que amaba y odiaba al mismo tiempo. La piel y los pezones erizados,le indicaban a El que ya estaba preparada para la segunda parte del castigo.
Se había retrasado cincuenta minutos en una cita,y cincuenta latigazos iba a marcar su cuerpo durante mucho tiempo,y a la vez su mente y su culpa durante mucho mas.
Sabia que se lo merecía,pues había sido advertida y aunque fuera un motivo importante lo que la hizo incumplir la hora de llegada, no era de tanto peso para El,asi que no le quedaba otro camino que aceptarlo y aguantar.
El primer latigazo dejo una fina linea desde su pecho derecho hasta la parte izquierda del lateral de su costado. La cola de ese latigo siempre era la ultima en abandonar la superficie y era casi mas dolorosa que todo al completo.
El segundo se marco igual pero al lado contrario,dejando en su torso una X como si fuera sellada con la letra escarlata.
Así hasta 40 rodearon todo su frágil cuerpo desde los pechos hasta los pies,pues 10 ya se los había cobrado su espalda.
El tuvo que parar varias veces,viendo que sus rodilla flaqueaban y que el tronco estaba haciendo mas estropicio en su espalda que todos los latigazos que había recibido juntos.
No sabia cuanto rato había pasado;solo sentía su respiración que se entrecortaba,las lagrimas que le resbalaban por las mejillas aun habiendo intentado ocultarlas por orgullo y las manos sudorosas que le impedía mantenerse firme y en pie.
Se acerco por detrás y corto la cuerda que unía sus muñecas,aplicándole un masaje para que se reactivara la circulación. Se situó frente a ella,le desato la cinta que tapaba sus ojos y que dejaba al descubierto ese orgullo brillante y acuoso.
La cogió en brazos y ella se derrumbo,no sabia si de cansancio,de felicidad,de dolor o de un coctel de todo eso mezclado;la acostó en los asientos traseros del coche y tomo rumbo a casa.
"Aprendí la lección".. Se susurraba a ella misma en sueños.. Hasta que estos la vencieron.
nyx de Lady Foc
Tropezó y cayo al suelo. Con los tobillos unidos por una cuerda de yute y las manos a la espalda esposadas,era difícil caminar por aquel agreste camino. Y con la venda en los ojos,solo le quedaba la opción de escuchar la naturaleza y coger esa mano que la llevaba camino del paraíso....o del infierno.
No sabia que era lo que le esperaba ni el plan que había preparado para ella,pero confiaba y eso era suficiente.
De repente sintió una brisa fresca que se unía a sus mejilla y los sonidos eran mas abiertos. Debian haber llegado a un descampado o a algún lugar abierto del bosque. Sus piernas flaqueaban por ese paseo tan en desacorde a sus costumbres pero la idea de esa aventura la había llevado a tomar la decisión de aceptar la propuesta.
-Pasaremos un fantástico día de campo,mi pequeña- o eso entendió ella la tarde anterior cuando quedaron a tomar un cafe.
-Arrodillate.
-Si Amo.
Ahí, expuesta a la salvaje naturaleza y a su sorprendente imaginación, se sentía liviana y feliz,despojada de preocupaciones y problemas del día a día .
-Desabrochate la camisa. Quiero usar tu piel como a una diana.
Poco a poco y con las manos temblorosas,saco cada botón de su ojal y dejo su espalda a la merced de su verdugo particular.
Sin apenas darle tiempo a prepararse,un fuerte latigazo recorrió de punta a punta su columna,emitiendo un grito lleno de dolor y desesperación.
Sin haberse repuesto aun del primero,varios restallidos mas sacudieron cada célula de su pequeño cuerpo,haciendo que tambaleara su equilibrio y se inclinase hacia su derecha,pero con rapidez logro volver a la posición para continuar ese inusual castigo.
Su mano la ayudo a levantarse con cuidado y la acerco a uno de los árboles,donde la hizo colocarse de espaldas al tronco y amarrandole las manos alrededor de el,le ordeno que subiera la barbilla y se quedara quieta.
Un pequeño calentamiento con un flogger de vastas cuerdas,conciencio a sus pechos de lo que le iba a esperar después.
Caían turgente y colorados como su pelo,deseosos de ese látigo que amaba y odiaba al mismo tiempo. La piel y los pezones erizados,le indicaban a El que ya estaba preparada para la segunda parte del castigo.
Se había retrasado cincuenta minutos en una cita,y cincuenta latigazos iba a marcar su cuerpo durante mucho tiempo,y a la vez su mente y su culpa durante mucho mas.
Sabia que se lo merecía,pues había sido advertida y aunque fuera un motivo importante lo que la hizo incumplir la hora de llegada, no era de tanto peso para El,asi que no le quedaba otro camino que aceptarlo y aguantar.
El primer latigazo dejo una fina linea desde su pecho derecho hasta la parte izquierda del lateral de su costado. La cola de ese latigo siempre era la ultima en abandonar la superficie y era casi mas dolorosa que todo al completo.
El segundo se marco igual pero al lado contrario,dejando en su torso una X como si fuera sellada con la letra escarlata.
Así hasta 40 rodearon todo su frágil cuerpo desde los pechos hasta los pies,pues 10 ya se los había cobrado su espalda.
El tuvo que parar varias veces,viendo que sus rodilla flaqueaban y que el tronco estaba haciendo mas estropicio en su espalda que todos los latigazos que había recibido juntos.
No sabia cuanto rato había pasado;solo sentía su respiración que se entrecortaba,las lagrimas que le resbalaban por las mejillas aun habiendo intentado ocultarlas por orgullo y las manos sudorosas que le impedía mantenerse firme y en pie.
Se acerco por detrás y corto la cuerda que unía sus muñecas,aplicándole un masaje para que se reactivara la circulación. Se situó frente a ella,le desato la cinta que tapaba sus ojos y que dejaba al descubierto ese orgullo brillante y acuoso.
La cogió en brazos y ella se derrumbo,no sabia si de cansancio,de felicidad,de dolor o de un coctel de todo eso mezclado;la acostó en los asientos traseros del coche y tomo rumbo a casa.
"Aprendí la lección".. Se susurraba a ella misma en sueños.. Hasta que estos la vencieron.
nyx de Lady Foc
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