PREGUNTAS DE METAL

El frío entumecía cada parte de su cuerpo. La postura a cuatro patas a la que le obligaba a estar la jaula,había hecho mella en sus rodillas.
Todo había comenzado la tarde noche anterior.
Llego a casa agotada de trabajar,y tal como entro por la puerta,recibió una bofetada que le marco la cara. Las lagrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas. Automáticamente su mente se activo y se puso a recordar las horas vividas,para saber a que se debía ese recibimiento. Se había levantado,dado los buenos días,preparado el desayuno para Ella,vestido con la ropa que le habían elegido. Había hecho todo lo estipulado y no lograba descubrir el fallo.

-Desnúdate y ve a tu jaula de castigo. Permanecerás ahí hasta nueva orden.-dijo Ella con una mirada irritada y con voz serena y firme.
-Si mi Ama- susurro Chloe.

Sin dilación y sin mediar palabra,se quito toda la ropa y entro en la jaula.
Se sintió desvalida y confundida. Era un persona de lógica y no saber el porque recibía ese castigo la desmoralizaba.
Ella se tumbo en el sofá con un libro. Se sirvió una copa de vino,encendió un cigarro y se dedico a leer e ignorarla.
Mientras,Chloe en su pequeña mazmorra de metal,daba vueltas y vueltas a su cabeza,obsesionada por obtener respuestas mas allá de su conocimiento.
Se acomodo como pudo en postura fetal y los párpados se le cerraron. Sentía frío pero debía aguantar el chaparrón.
De pronto,abrió los ojos. Había olvidado escribirle a las once en punto para recordarle un cita importante. ¡ Ese era el fallo !
Debia esperar a que Ella le dirigiese la palabra para poder hablarle. Se había quedado dormida en el sofá.

-Es tan bella- pensó Chloe al verla allí tan tranquila y plácida.

Lady Ann abrió los ojos. La miró y se levanto dirigiéndose al dormitorio. Apareció de nuevo con una manta que se la dio entre los barrotes de la jaula.

-Gracias mi Ama- le dijo Chloe.
-Tapate que no quiero que te enfermes- le respondió Lady Ann con voz lejana y distante.
-Si mi Ama. Gracias mi Ama.

Se retiro a su dormitorio a descansar.
Chloe volvió a dormirse,deseando que amaneciese pronto para acabar con esa tortura.
A las siete de la mañana ,Lady Ann apareció con un cuenco de leche y cereales que depositó en la jaula por el hueco que había para ello.
Chloe se desperezó y con la mirada baja dio los buenos días a su Ama.

-Buenos días perrita. Hora de desayunar.-le dijo Ella con voz alegre.
-Buenos días mi Ama. Gracias por el desayuno Ama.

Chloe intuyo que estaba de mejor humor,así que era una buena señal.
Se puso a cuatro patas y sin usar las manos tomo su desayuno.
Mientras Lady Ann,se ducho y se arreglo para ir a trabajar.
Antes de irse y con tiempo de sobra,abrió la jaula.

-Sal de ahí y aséate. Pareces una cerda y así no puedes ir a trabajar -le ordenó Lady Ann.

Sin levantar la mirada hacia Ella,salió y se dirigió al baño. En quince minutos estaba dispuesta y preparada.
Lady Ann la llamo a Sus pies y acudió sin demora.

-Veo que ya has adivinado el fallo que cometiste. Te sentí despertar a las dos de la madrugada exaltada. Lo que me indica que pensaste y recordaste la cita que me hiciste perder por tu descuido. No quiero que se vuelva a repetir,o la próxima vez será una semana la que pases encerrada ahí. ¿Queda claro Chloe?-dijo Ella con un tono muy serio.
-Si mi Ama. Entendido mi Ama.
-Perfecto. Vámonos a trabajar. A las siete debes estar en casa.

Con dolor en las rodillas y el cuerpo como si le hubiera pasado una apisonadora por encima,se alejo de Sus pies y ambas salieron a afrontar un nuevo día lleno de nuevos objetivos: No olvidar.

                                                                                                         nyx de Lady Foc