Hace
unos meses, en una de los múltiples días que he pasado con mi Ama,
medio en serio medio en broma, le surgió a Ella una idea.
Estábamos
en casa, disfrutando del día juntas. Nos debíamos vestir para salir,
así que ya en el baño, se le ocurrió que, ya que me estaba haciendo pis, me lo hiciera encima dentro de la ducha.
Lo
vereís una tontería pero la lluvia dorada es uno de mis límites.
Puede que os suene absurdo pero es así.
Me
ordenó meterme en la ducha y orinarme encima. Y lo hice, animada por
su “tranquila no va a pasar nada”.
Una
vez lo hice, me preguntó como me sentía y le dije la verdad. Ni bien
ni mal, normal, pues no es la primera vez que lo hacía pero si la
primera que lo hacía delante de alguien.
No me
supuso un esfuerzo terrible ni vergüenza alguna. Creo que todos
alguna vez en la vida, estando en la playa, o en la piscina, o
incluso dándonos una ducha, hemos sentido esa necesidad natural y lo
hemos hecho.
El
problema, o el miedo, me vino cuando fue Ella la que decidió hacerlo
en mi cuerpo.
Un
nudo me apretó el estómago del tal forma, que creo que se me quedó
del tamaño de un garbanzo. Pero a la vez, lo vi como una oportunidad
de intentar superar uno de mis límites.
Reconozco
que soy muy propensa a renegar de cosas que me afecten para mal,
psicológicamente hablando. Y ésta es una de esas, porque me conozco
y sabía que el “sacrificio” iba a ser grande, pero solo por el
hecho de que viese que estaba dispuesta a intentarlo por
satisfacerla, merecía la pena.
Me
mandó separar mis piernas y avanzar una de ellas un poco hacia
delante. Estaba temblorosa, llena de miedo. Mi mente no paraba de
pensar en “no te muevas nyx. No apartes la pierna”.
Temía
que mi instinto,por evitar pasarlo mal,me hiciera reaccionar de
alguna manera que disgustase a mi Ama. Así que me armé de valor y y
miré.
Ahí
estaba Ella, con sus piernas una a cada lado de la mía, derramando
sobre mí algo que yo debía considerar y considero un regalo, pero
que temía no me fuera a gustar.
Cuando
acabó, me miró con esos ojos llenos de compresión , y me preguntó
como estaba, como me sentía.
Y yo,
como una niña pequeña que ha perdido su juguete preferido, entre
sollozos solté un “no me gusta Ama” y rompí a llorar
desconsolada.
Sonriendo,
me recuerdo en ese momento. Me sentí débil, fracasada, decepcionada
conmigo misma, tonta, inútil,absurda, vulnerable.....
Ella
me rodeó con Sus brazos y me dió un beso. Me susurraba al oído “no
pasa nada pequeña. Ya lo intentaremos otro día.”. Y lo mejor es
que se rió, no con crueldad sino en plan divertido, al verme llorar,
y cuanto mas se reía por la gracia que le hacía verme ahí, con 37
años y llorando como una mocosa, mas lloraba yo. Y a la vez me entró
esa risa tonta de verme tan ridícula ahí, en la bañera, muerta de
frío, miedo y risas al mismo tiempo.
Justo
en ese momento, en el que sentí su abrazo y escuche risa, supe que todas
las lágrimas que estaba derramando, merecían y merecen la pena. Y
también me quedo claro que lo volveré a intentar,hasta superar esa
barrera que tanta fobia me da.
No
somos máquinas. Somos personas con sentimientos y nuestros Dueñ@s
lo saben. Los límites hay que superarlos, por supuesto. Pero no sólo
con disciplina sino también con cariño, compresión y paciencia.
nyx de Lady Foc
Sabias palabras, la comprensión, el cariño y la paciencia son fundamentales.
ResponderEliminarUy creo que borrado lo que había escrito... XD. Enhorabuena nyx :) no todos dos capaces de aunque sea intentar superar sus límites... Eres muy grande! :). Un abrazo enorme. Saludos a tu Ama :). (Por cierto, ese también es uno de mis límites... Así que te entiendo ;) y creo que me puedo imaginar todo lo que te ha costado..)
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