Te escondes.
Te guardas.
Esperas su llegada.
La piel se eriza, te revolucionas.
El deseo invade todo tu cuerpo. Los nervios en el estomago van a más.
Solo deseas verle,sentirle, hacerle feliz.
El sexo te palpita . Los pechos se turgen y tensan.
Deseas no sólo entregarte, sino también disfrutar, sentir, vivir.
Le deseas.
Te humedeces solo de pensar el pasar tu lengua por su centro de placer. Solo de imaginar esas piernas atrapándote e inmovilizándote, quedándote a merced de sus deseos.
Le piensas cada minuto. La libido aumenta. Es más. Nunca desaparece del todo.
Cada día es más intensa, más fuerte. Cada día es más la devoción y el deseo de darle placer.
Imaginas sus pezones erectos, su cintura de avispa entre tus manos.
Te imaginas siendo el objeto que le de placer. Que le haga vivir, desear, excitar.
Vuelves a humedecerte. Es constante, inevitable.
Recuerdas sus orgasmos, sus "sigue", sus " córrete para mí perra".
Te excitas. Necesitas desahogarte. Entregarte y darle todo de ti.
Pero esperas. Le deseas.
Ella es la Dueña.
Ella manda.
nyx de Lady Foc
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