Llegó al hotel que
habían acordado. Era moderno y de estética minimalista. Amplio, con
grandes ventanales y muchísima luz.
Se acercó a la
recepción e hizo el checking de rigor.
-”Habitación 259,
Señorita.”
Sonrió al
recepcionista al que conocía de otras visitas fugaces al complejo, y
el cual sabía perfectamente como debía estar preparada la
habitación.
Chloe se dirigió al
ascensor y mientras esperaba su llegada, analizó todo lo que le
rodeaba.
El botones, un chico
joven regordete y con cara de buenazas, esperaba a su siguiente
cliente al lado de la recepción.
Una señora o señorita
joven, de unos treinta y muchos, esperaba en los asientos del hall a
alguna cita importante. Le delataba el tic de una de sus piernas
sobre la otra, mientras estaba cómodamente sentada, y muy a su
pesar, de la seguridad que intentaba mostrar a través de su atuendo,
una minifalda negra, camisa semi transparente, finas medias y unos
zapatos de tacón de impresión, sobre los cuales dudo se puediera
mantener en pie sin tambalearse.
Un grupo de jóvenes
ejecutivos con pinta de millonarios, debatían sobre la compra de yo
que se empresa, con unos buenos cócteles o gin tonic de compañeros
de labia. Cada uno parecía mas hábil que el de al lado en su
exposicíon y sabiduría sobre el tema.
El ascensor llegó y
Chloe saludo al botones que estaba dentro. También se conocían y
Chloe se llevaba genial con él.
Llegó a la planta y se
despidó de el. Se dirigió a la habitación y metió la tarjeta que
abriría las puertas a una noche de pasiones y sensaciones
indescriptibles.
Entró y supervisó que
todo estuviera en su sitio; una botella de champagne en la hielera y
otra en la nevera. Una botella de whisky escocés en la mesita de al
lado del sofá ,grandes cubitos de hielo y una caja de puros.
Chloe se desnudó y se
dirigió hacia el baño. Necesitaba una ducha para calmar los nervios
que irremediablemente siempre aparecían en el momento menos
oportuno.
Se quitó la ropa y se
metio en la bañera. Colgó la alcachofa en su soporte y templó el
agua dejando que cayera sutilmente sobre todo su cuerpo. Su piel se
erizó al sentir el calor del agua resbalando por ella.
Concentrada en sentirse
relajada, le pareció oir la puerta de la habitación. Cerró el
grifo y afinó su oído pero no percibió ningún sonido asi que
volvio a abrir el grifo y prosiguió con su momento.
Sin apenas darse
cuenta, unas manos firmes y duras la empujaron contra la pared de la
ducha, colocándola de espaldas sin ver a su atacante.
Se posicionó detras
suyo y comenzó a acariciarla por el lateral de su torso, las nalgas
y terminando en la parte interior de sus muslos sin llegar a su sexo.
Aun con el agua
resbalando por su cuerpo, las colas de un flogger arañaron sus
nalgas y parte de la espalda, haciendo que Chloe estallase en gritos
de dolor, pues con la piel mojada los azotes eran verdaderos
asesinos de su piel.
Las manos firmes
acariciaron sus marcas con una esponja suave y un poco de espuma de
jabón.
No era capaz de
recordar cuantos azotes la colmaron de dolor; dolor que pasados una
buena cantidad de minutos ya no sentía.
Con la piel dormida y
después de haberle vendado los ojos, la guiaron hasta la cama donde
la acostaron y la dejaron reponerse.
Otras manos suaves y
delicadas recorrían su espalda con caricias y mimos, a la vez que
las manos duras y firmes hacían lo mismo en sus piernas.
Se sumergió en un
profundo sueño.
nyx
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