Despertó enredada
entre las sábanas y empapada en sudor.
Llevaba unas cuantas
noches que el sueño no la acompañaba.Las pesadillas eran sus únicas
compañeras de viaje en ellas.
Se sentía sola, vacía,
como si le hubieran arrancado una parte de sus entrañas, de su alma.
Se miró la piel y notó
como un escalofrío recorría cada centímetro de ella.
Se levantó y fue a la
ducha, a ver si el agua caliente era capaz de darle un poco del
cariño y de la tranquilidad que echaba tanto de menos.
Colocó la alcachofa de
ducha en su soporte y dejo que el agua resbalase por su piel. Deslizó
la mano hacia su sexo y comenzó a masturbarse pensado en Ella, en Su
voz, en Sus azotes, en Su cara cuando Ella le ordenaba que le diera
placer, en Sus gemidos.....Pero lo que mas le motivaba era Su “Estoy
orgullosa de tí, perrita.” Toda Ella ocupaba su pensamiento aunque
muchas veces no lo demostrase.
Cada vez el placer era
mayor; cuanto mas pensaba en ella, más se excitaba.
Pero algo en su
interior hacía que no fuera lo mismo. NO tenía a quien entregarle
ese placer, ese orgasmo, ese “Soy Suya”.
Paró de masturbarse,
salió de la ducha y se tapó con una toalla. Y allí, sentada en el
suelo del baño, lloró toda su soledad.
El calor de saberse
protegida y cuidada por Ella , no era fácilmente sustituible. De
echo, no lo era en absoluto, pero necesitaba algo que aliviase esa
mala sensación.
Cuando acabó, se sentó
a los pies de la cama, abrió las puertas del armario y se puso a
mirarlo a ver que habría elegido Ella.
Tenía una reunión ese
día, asi que escogió una minifalda negra y una camiseta de esas de
“arreglá pero informal”. Seleccionó una medias de medio muslo y
unos zapatos negros con tacón y plataforma.
Se vistió y se dirigió
al baño a maquillarse y peinarse. A Ella le gustaba que fuera
arreglada y asi hizo.
Se maquilló lo
suficiente para que se le notara buena cara y tapase las ojeras de
tantas noches sin dormir, pero tampoco para que pareciese una puerta.
Discreta pero elegante y guapa.
Por unos segundos se
gustó a sí misma, hasta que se paró en sus ojos y unas lagrimas
brotaron por las esquinas. Estaban negros, sin vida, vacíos. Les
faltaba el brillo que Ella le aportaba a su vida.
(Continuará)
nyx
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