viernes, 9 de enero de 2015

VUELO HACIA LA LIBERTAD II

Llevaba un buen rato colgada en ese inmenso espacio. La cabeza empezaba a acumular mucha sangre y le costaba respirar.
De vez en cuando se balanceaba para provocar aire que ventilase sus pulmones, pero eso no hacía mas que acelerar el constante movimiento hacia su cerebro.

Las cuerdas comenzaban a provocarle heridas en la piel que escocían y dolían. Pero a la vez esa sensación de estar flotando, volando para la satisfacción de aquel hombre que tan amablemente la trató, calmaba todos sus nervios y dolores.

Escuchó voces debajo de su cabeza. Debía estar a unos tres metros sobre el suelo. Echó la cabeza para atrás y divisó tres personas en círculo, justo en línea recta de donde ella estaba.

Llevaban varios látigos de muy larga cola. Intuía que iba a pasar pero prefirió no pensar. Ahí colgada cual cerdo en un matadero, no podía hacer mucho para escapar.

De repente, se activaron los engranajes que la colocaron en el suelo. Una chica, vestida de latéx con orejas de gata, le pasó unos cubitos de hielo por sus labios y le dio unas suaves caricias por las partes de su cuerpo que las cuerdas no cubrían, incluidos los pies.

La dejaron ahí unos diez minutos, hasta que el riego sanguíneo se estabilizó y su cuerpo medio volvió a la normalidad.

Al cabo de ese tiempo, volvieron a izarla cual bandera a metro y medio del suelo. Dos hombre se aproximaron a ella y le fueron quitando las cuerdas, masajeando cada zona que iban dejando libre de nuevo.
Cuando hubieron terminado, se divirtieron un rato con ella, manoseándola y lanzándole toda clase de improperios e insultos que se les ocurrían.

-¡Basta ya cerdos!.

Su salvador había llegado, o eso creía ella. Los dos hombre se retiraron, asustados ante la mirada aterradora de ese hombre.

Sumergida en sus propios pensamientos de hasta cuando iba a estar ahí, recibió un latigazo que la sacó de su mente.
Un gritó plagado de dolor, retumbó en toda la nave.

-Por fin la zorra ha hablado algo. Y yo que pensaba que era muda..jajajajajaja!

Una risa escabrosa y llena de sadismo ensordeció su voz. Los latigazos fueron cada vez más continuos y fuertes. Su espalda se estaba llenado de jirones y su alma de dolor y placer al mismo tiempo.

Perdió el conocimiento. Cuando despertó, estaba tumbada en su cama, con su pijama. Levantó las sábanas y se miró el abdomen. Llevaba cubierta un parte de él. Se quitó la venda que lo cubría y vió la marca impresa de su collar.
No había sido un sueño. Había pasado la prueba. 
Sonrió y se volvió a dormir.

                                                                                                    nyx de Lady Foc


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